miércoles, 25 de abril de 2007

Arbeit Macht Frei


Y con esas palabras de bienvenida llegue a este mundo con grandes propósitos, desde muy chico siempre creí que estaba destinado para algo más, algo fuera de lo común, algo que me convirtiera en alguien especial. Además mi madre siempre me hizo sentir así.
A medida que fui creciendo descubrí que mi madre no era la única, de hecho, la gran mayoría de los padres piensan eso de sus hijos. Los hijos de ellos también eran especiales. Pero si los hijos de todo el mundo eran especiales, yo no lograba entender de donde salían tantos adultos comunes.
Ese fue mi primer gran tropiezo. Luego entendí que nadie era especial, incluyéndome. Yo que siempre creí que era especial, me di cuenta que era normal, y lo que mas me dolió, me di cuenta que era mucho mas normal que cualquiera.
Trabaje mucho en buscar mi identidad, mi vocación, mi futuro, mi esencia, mi ser. Pero me di cuenta que era una batalla perdida. Una batalla inútil, un simple mortal tratando de buscar una aguja en un pajar.
Si esta vida es un campo de concentración, yo era un judío desarmado peleando contra mil nazis. ¿Como puede alguien pelear sin tener un ideal?, sería como un Quijote sin Dulcinea. La batalla que no tiene un fin, esta perdida de antemano.
Esa guerra fue muy larga, ya estoy cansado y sucio. Pero aún no estoy tan sucio como para abandonar. Si realmente lo quieres, no puedes abandonar. Ganes o pierdas. Los perdedores no son los que no ganan, son lo que tienen tanto miedo de no ganar que ni siquiera lo intentan. Por eso no abandoné. Cuando la guerra esta perdida, llega el segundo aire, un "acarrú" que sale del corazón. Ni un nazi me detendrá, y si lo hace moriré por un ideal, por un fin. Es mas honorable morir joven con un ideal, que despertar un día en la sala de las ultimas oportunidades para darse cuenta que la mía ya se esfumo, y tan solo esperar la muerte para que cambie la rutina de una vez por todas.
Pero yo no, no me rendiré ante estos nazis mal nacidos. Nunca recé, pero hoy estoy de rodillas, pidiéndole a alguien o a algo que proteja mi cruzada, mi bélica existencia. Si se quiere se puede.
Aunque nunca sepa cual es mi identidad, moriré tranquilo sabiendo que trate de buscarla, y que esta vida no me ganó. Seré recordado por mil años, como echo histórico o como el que le escupió el "Arbeit Macht Frei" en la cara a los problemas de la vida, el que le escupió el "Arbeit Macht Frei" en la cara a los nazis.

2 comentarios:

Life[L]esS dijo...

Yo soy especial, mi mama me dijo ^^


y le creo...

:D
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maestro jedy del Blog, exijo mis créditos oficiales :¬¬:

konst dijo...

contra mil nazis. aajaja.
ay me acorde ahora del tema de los libertines.