lunes, 16 de junio de 2008

¿Perdon?

- ¿Sabes que es eso?
- ¿que cosa?
- ¿eso de ahi?
- ¿Santiago?
- No, arriba.
- ¿El cielo?
- No, el destello.
- ¿que destello?
- Ese destello que pareciera que el sol se acaba de poner, aunque es medianoche.
- No entiendo.
- Esa contaminación, que es peor que el smog o el ruido... la contaminación de la noche... esa contaminacion asesina de la obscuridad, es luminosa contaminacion que esta puta ciudad arroja y que empaña el negro perfecto de una noche como esta.
- ¿Te conosco?
- ¿Acaso importa?
- ehhh... de hecho, si.
- ¿En que?
- Ni siquiera se tu nombre.
- ¿que hora es?
- un cuarto para las una.
- ¿cuanto falta?
- 15 o 20 minutos... ¿no me lo vas a decir?
- ¿Que cosa?
- tu nombre.
- No me lo has preguntado... Francisca por cierto.
- Pablo.
- No te lo e preguntado.
- ...

- Te das cuenta?, mientras más cerca... sacate los audifonos te estoy hablando.
- Oye, ¿que te pasa?
- Te estoy hablando, no seas falta de respeto.
- Mira quien habla.
- No entiendo sarcasmos. En fin... mientras más nos acercamos mayor es la contaminación de la que te hablaba... solo puedo ver la noche cuando miro hacia atrás.
- Aun no entiendo.
- Que cosa, si es tan simple. Cada luz de esta ciudad, cada foco encendido esta contaminando... por si solo no es nada, pero son miles y miles de luces, focos, lamparas, televisores, etc. Esto genera un radio, un espectro luminoso sobre la ciudad, es por eso que nuestras noches son naranjas, naranjas mezcladas con el gris del aire.
- Aún no veo el problema.
- El problema es que cada vez vemos menos las estrellas.
- Has ido al norte?
- Si.
- Ahi puedes ver las estrellas, y apreciarlas bien.
- Ese es mi punto. Este destello luminoso nos impide ver el cielo sin censura, nos obliga a ver una ilusion. Si tan solo vieramos el cielo tal como es cada noche, ni siquiera notarias el cambio con el cielo del norte.
- Pero, en el fondo eso es lo que lo hace especial, si vieramos las estrellas todo el tiempo, no disfrutariamos tanto una noche nortina. Como un nativo de Atacama, yo creo que ni siquiera piensa en las estrellas o la noche, son cotidianas para él. Son las cosas especiales las que hacen la diferencia.
- Pero, preferiría tener una noche estrellada en la vida cotidiana, a una mezcla de smog con watts que de solo verlo te cuesta sentir y respirar.
- A todo esto, ¿de donde eres Camila?
- Llegamos... ¿para donde vas?
- A mi casa, ¿y tu?
- A tu casa tambien.
- ¿Perdon?

1 comentario:

Anónimo dijo...

claro que es lo que lo hace especial
.
konst.